sábado, 21 de enero de 2017

Entre dos Egiptos

Exodo 32:9 ... " Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz ".

El pueblo de Israel, historia de un éxodo que todos conocemos pero se encuentran esos pequeños detalles que arrojan luz a nuestra vida de hoy. El pueblo de Israel estuvo cautivo en Egipto por 430 años (Exodo 12:40). Las razones ? Porque el faraón amigo de José que les permitió a éste establecerse allí por el motivo de la sequía del pueblo, había muerto. En su lugar se levantó otro faraón que tuvo temor del pueblo porque eran grande en número y por ello lo esclavizaron. Además, se dio cuenta del beneficio que representaban los hebreos para Egipto. Vieron en plena manifestación la mano poderosa de Dios obrando, actuando, en favor de ellos en todo momento. Ni un segundo de su travesía en el desierto la cual duró 40 años, pese a sus actitudes, faltó la provisión de Dios a sus vidas. Ahora bien, el pueblo amado, escogido, preferido por sobre los demás pueblos de toda la tierra, era un pueblo de dura cerviz. Qué es dura cerviz ?

          1- Dura cerviz - se usa 18 veces en el AT para describir al pueblo de Israel. La dura cerviz describe la arrogancia, la terquedad, la obstinación de un pueblo o personas; tener el cuello tan tieso que es muy difícil moverlo; la cabeza se mantiene tan erguida que hace difícil guiar a la persona o a la congregación. Ser duro de entendimiento.

Este era el pueblo elegido de Dios, duro de entendimiento. 430 años esclavizados en Egipto. 40 años duró la travesía del pueblo en el desierto. La generación que salió de Egipto físico no fue la misma que entró a la tierra de Canaán, la Tierra Prometida. Solo Josué y Caleb pudieron entrar de tanta multitud que salió. Y qué sucedió aquí ?

Tan pronto Jehová liberta al pueblo de Israel comenzaron a manifestarse los milagros del Señor sobre ellos. Abriendo el Mar Rojo para que ellos pasaran en seco, convirtió las aguas amargas en aguas potables, el maná, en fin, numerosos milagros que muestran el amor y el compromiso fiel que Jehová tenía sobre su pueblo y la protección que en todo momento les brindó. Pero recordemos nuevamente un detalle: 430 en un Egipto físico, 430 años en cautiverio, 430 en esclavitud, 430 viendo generación tras generación la vida cautiva. Se acostumbraron al cautiverio !! Este pueblo estaba entre dos Egiptos; el Egipto físico y el Egipto espiritual. Fueron libres del Egipto físico cuando el Señor los saca por medio de Moisés con mano poderosa hacia la tierra que fluía leche y miel. Pero el Egipto espiritual quedó impregnado en ellos. Tan pronto salieron al desierto, a la primera situación cuando estuvieron frente al Mar Rojo este pueblo de dura cerviz comenzó a manifestar su cautividad interior: un pueblo murmurador, rebelde, contradictorio, irrespetuoso, sin temor, idólatra, sin identidad, arrastrado por toda clase de actitud que a Dios le desagradaba de ellos, actitudes de insubordinación sobre aquellos siervos que Dios había puesto en representación de autoridad para que los guiara por la travesía. Este pueblo físicamente había sido libertado del cautiverio pero a nivel mental, emocional, espiritual estaban totalmente cautivos. Lo triste del asunto es que ellos se negaron en todo momento a ser transformados. Por ello es que esta generación que sale de Egipto no fue la misma que entró pues fueron poco a poco exterminados en el desierto. Dice la palabra en Génesis 6:3 ... " No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre ". Una travesía que de hecho no era para ser tan larga se convirtió para ese pueblo de Israel en su exterminio. Sus actitudes salieron a flote en el momento de la primera situación que presentaron. Su nivel de inconformidad, de inseguridad, de falta de confianza, de fe, de murmuración y con esas actitudes tan feas que tenían alargaron su travesía por 40 años que a fin de cuentas los planes tan maravillosos que el Señor tenía para esa específica generación no se pudo concretar. Es aquí donde nosotros como creyentes debemos detenernos y pensar en lo que habita en nuestro interior. A veces pasamos años, meses en situaciones que podemos sentir que no son para que duren tanto, pero vemos que el tiempo, los meses y los años pasan y seguimos dando vueltas en el mismo lugar como le pasó a los hebreos. Pasa que muchas veces tenemos actitudes que a Dios desagradan, pasa que el Señor está tratando de transformarte pero hay resistencia de nuestra parte, pasa que nos negamos y nos cerramos a ser libres porque en la zona que hemos vivido por una vida se nos hace cómoda, familiar porque ya la conocemos y sabemos bien que cuando se inician los procesos de libertad, sanidad y transformación indudablemente habrá dolor. No queremos enfrentar el dolor y por ello preferimos muchas veces vivir en cautiverio. Esto definitivamente va a detener muchas cosas que Dios quiere hacer por medio de nosotros, vemos que en el camino se nos cierran las puertas y comenzamos a echarle a otros culpas de nuestros fracasos y desgracias cuando realmente somos esclavos voluntarios de continuar viviendo una vida de la cual Dios nos ha libertado el día que le recibimos. Nos posicionamos en el papel de víctimas de las circunstancias y lo cierto es que a la vez que el Espíritu Santo viene a nuestra vida nosotros dejamos de ser víctimas del mundo porque pasamos a convertirnos en hijos del Altísimo. Hay procesos que obviamente tenemos que vivir y experimentar para poder llegar a la estatura del varón y la varona perfecta, pero eso no significa que yo tengo que vivir estancada y aferrada a mi pasado, a lo que me hicieron, a lo que viví, ni tan siquiera a quienes hoy se levantan contra nosotros como pueblo de Dios.
Nosotros no tenemos absoluto control de nada de lo que vivimos, ni tan siquiera de lo que otros nos hacen, pero si podemos tener control de lo que permito que entre en mi interior. Damos entrada a la basura que otros tiran, damos entrada al veneno que siembra Satanás en nuestro interior y en nuestra mente, damos la entrada a toda clase de cosas que está viciada con el comportamiento del mundo, pero no damos la apertura para que el Espíritu Santo penetre a todas las áreas de nuestra vida y nos transforme.

Hay 3 palabras que impactan mi vida pues son 3 palabras que implican acciones propias y personales. El Espíritu Santo siempre está presto para obrar y trabajar en nostros, pero esto es colaboración conjunta de ambas partes porque hay cosas que tengo que entregar, otras cosas tengo que permitir que El las haga. Dice Efesios 4:22 que tenemos que despojarnos del viejo hombre; en Efesios 4:23 dice que tenemos que renovarnos en el espíritu de vuestra mente y en Romanos 12:2 dice que tenemos que transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. O sea, tenemos que DESPOJARNOS, RENOVARNOS, PARA SER TRANSFORMADOS. Y estas palabras requieren de parte nuestra la acción de hacerlo. No es un proceso que solo es de parte del Espíritu Santo porque requiere nuestra acción directa, nuestra colaboración y compromiso. Tanto nuestra mente, alma y cuerpo que son recipientes del Espíritu Santo tienen que ser circuncidados, transformados; de lo contrario todo aquello que venga a nuestra vida no va a ser filtrado espiritualmente de la forma correcta porque mientras mis sentidos y mi vida está dominada por las pasiones y las emociones que aún están ancladas al pasado, todo vamos a discernirlo de manera incorrecta. Viviremos atados y anclados siempre a la voluntad de las emociones, y seremos como las olas del mar que van y vienen. NO PUEDE HABER ESTABILIDAD SINO HE VIVIDO LA LIBERTAD ! ES IMPOSIBLE !!!

Hay un detalle muy revelador que nos da luz a una de las razones principales del porqué el pueblo no fue transformado de sus actitudes en el desierto y se encuentra en Exodo 20:18-21. Dice específicamente que el pueblo tuvo miedo de los estruendos, relámpagos, las manifestaciones del poder y la presencia de Dios que tuvieron temor y le dicen a Moisés: ..." habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros para que no muramos". Mientras Moisés entraba a la presencia de Dios e iba siendo transformado en cada encuentro el pueblo se negó a entrar a la presencia, a la intimidad con Jehová donde ahí somos transformados. Es increíble la falta de compromiso, la falta de deseo de conocer a Aquel que los había escogido, salvado y libertado. Mientras nos neguemos bogar mar adentro en las aguas del Espíritu, en esas aguas salutíferas que sanan y libertan no veremos mucho cambio en nostros. Viviremos dando vueltas en el desierto por el mismo lugar con las mismas situaciones de hace mucho tiempo atrás y cerrándose puertas. La mayor parte de las cosas en nuestra vida solemos echarle al enemigo la culpa y no es él; somos nosotros, nuestras actitudes, nuestras acciones, nuestras murmuraciones las que nos atan, nos atrasan y nos paralizan en la vida y en todo aquello que Dios quiere para nosotros. La manifestación de cautividad interior del pueblo de Dios comenzó con la murmuración. La murmuración es:

          1- Murmuración - es una conversación en prejuicio contra otra persona; quejarse entre dientes, refunfuñar, criticar, censurar, atacar, desacreditar a las personas. Ejemplos bíblicos: Cuando Israel murmura en el desierto contra Moisés, Aarón y contra Dios (Exodo 15:24; 16:2); los obreros de la viña contra el padre de familia (Mt. 20:11); contra la mujer que derramó su perfume en la cabeza de Jesús (Mr. 155); griegos contra judíos (Hch. 6:1).

Las consecuencias de la murmuración? Ofendemos a Dios, al prójimo, a la persona del Espíritu Santo, se dañan las relaciones personales y de grupo. contaminamos nuestro interior, nuestro entorno y testimonio, genera violencia y nos mantiene atados. Esto, me decía el Espíritu Santo que solemos decir que son defectos de nuestro carácter pero que no era así. Son ataduras en el alma, en el cuerpo pues nos impiden que nuestros sentidos puedan ser circuncidados a nivel espiritual. El pueblo de Israel tristemente no pudo entrar a la tierra prometida pero no fue por culpa de nadie, simplemente ellos mismos se negaron a entrar porque se negaron a ser transformados de esas actitudes tan feas que ellos tenían. El Egipto espiritual nunca salió d ellos porque nunca permitieron que Dios sacara esas ataduras de sus vidas. Se negaron a entrar a su  presencia donde todo es transformados. Fueron bendecidos, vieron provisión en el camino, vieron manifestaciones poderosas en sus vidas, nunca les faltó nada mientras duró su travesía, pero no entraron, no fueron transformados y se cerraron la puerta a Canaán. Muchas veces pensamos que como Dios nos usa poderosamente en nuestras vidas en muchas áreas con eso tenemos todo gano y perfecto y no es así. Dios nos usa en misericordia, para cubrir las necesidades de los que nos rodean pero no implica que seamos esos recipientes que el Señor quiere que seamos. Nuestro corazón necesita ser transformado de forma urgente. Me decía el Espíritu Santo que el pueblo está en ciernes y por lo tanto hay mucha vulnerabilidad en nuestras vidas porque El está tratando fuertemente con nosotros su pueblo. Para que su manifestación se revele en nuestra vida debemos dar la entrada al Espíritu Santo y permitir que trabaje en esas áreas las cuales nunca le has permitido. Cómo identificar esas áreas ? Simple. Cuando sabes que algo está mal, incorrecto o que no es del agrado de Dios y ves que pasan los años pero continuamos en las mismas acciones y actitudes, es ahí que necesitamos entregar, despojarnos, ser renovados y transformados.

Mientras vivamos con el Egipto impregnado en el interior no podemos ver ni experimentar la plenitud en el Amado. La plenitud de Dios se manifiesta en nosotros cuando hemos entregado todo nuestro ser a El. Dice unas lines que no podemos evitar que las aves vuelen sobre nuestras cabezas, pero sí podemos evitar que hagan nidos en ella. Y esto, definitivamente podemos evitarlo. Escoge hoy.... Egipto o Libertad !!!

Verónica Nikka López
21 enero del 2017
Shalom ! ! ! ! ! ! !